jueves, 16 de junio de 2016

EL ANILLO


Puedo venir, maestro, porque me siento tan pequeña, que no tengo fuerzas para hacer nada. Yo
decir no es bueno, no hacer nada bien, yo soy torpe y bastante tonto. Como puedo
¿mejorar? Lo que puedo hacer para valorarme?
El maestro, sin mirarlo, dijo:
Soy chico lo siento, no puedo ayudarle, resuelvo mi propio problema.
Tal vez después de una pausa ...- y ha añadido: si quieres que me ayude, que pude
resolver este problema con más rapidez y después tal vez pueda ayudar.
E ... feliz, joven -maestro- vaciló, pero me pareció que fue una vez más devaluada y su
necesidades desatendidas.
Pues bien, el maestro asintió. Se quitó el anillo en el dedo meñique y le da al niño,
Añadió, por lo que el caballo está ahí fuera y montar al mercado. Vendo este
anillo porque tengo que pagar una deuda. Debe obtener la suma más grande
es posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Volver a esa moneda como
lo mas rápido posible.
El joven tomó el anillo y partió.
Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Lo miraron con cierto interés,
hasta que el joven decía lo que quería decir con el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda
oro, algunos reían, otros se volvían la cara y sólo un anciano tuvo la amabilidad de
explican que una moneda de oro era muy valiosa para darle a cambio de un anillo.
En afán de ayudar, alguien ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven
Él tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta. Después
ofrecer su joya a toda persona que atravesó el mercado, más de cien personas,
abatido por su fracaso montó su caballo y regresó.
¿Cómo los jóvenes han querido a sí mismo esa moneda de oro! Podría entonces
habérsela entregado él mismo al maestro para liberar su preocupación y recibir entonces
su consejo y ayuda.
Entró en la habitación.
Dicho -Maestro- - lo siento, no puedo conseguir lo que me pediste. Tal vez podría conseguir
dos o tres monedas de plata, pero no creo que pueda engañar a nadie sobre el valor de
anillo.
Eso es importante lo que dijiste joven amigo, - dijo el maestro sonriendo. -Debemos Saber
primero el verdadero valor del anillo. Volver a montar e ir a la joyería.
¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quieres vender el anillo y pedir la cantidad que da
para él.
Pero no importa lo que usted ofrece, no venderlo. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a montar.
El joyero examinó el anillo a la luz de la lámpara con su lupa, lo pesó y luego dijo:
Dile al maestro, muchacho, si quiere vender ahora, no puedo dar más de 58 monedas
anillo de oro.
58 MONEDAS !!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Dijo el joven.
Sí, respondió el joyero sé que con el tiempo se podría conseguir por cerca de 70 monedas,
No sé .... si la venta es urgente ....
La niña corrió a su casa contentos de decirle al maestro lo que pasó.
-Siéntate- Después de escuchar al maestro, dijo.
'Eres como este anillo: una joya, valiosa y única.
Y, como tal, sólo puede revaluarte un verdadero experto. ¿Por qué finges
cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, se puso el anillo en el dedo meñique.
Todos somos como esta joya, valiosa y única,
y caminamos a través de los mercados de la vida
pretendiendo que gente inexperta nos valore.

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